Tuesday, December 26, 2006

soy cucapá

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

saludos de los discos invisibles
avisen como podemos cooperar :)

2:37 PM  
Anonymous Anonymous said...

º
LA MUERTE Y El FUNERAL
DEL JEFE INDIO
CUCAPA
ONESIMO GONZALEZ SAIZ

"Nadie es una isla completo en si mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti."
John Donne.
POR:
RICARDO RIVERA DE LA TORRE
OCTUBRE DE 2007


Primera parte
QUIEN ERA ONÉSIMO GONZÁLEZ SAIZ
Parafraseando las palabras de Albert Einstein, dichas a la muerte de Mahatma Gandhi (1), preciso a manera de introducción, que a la actual Generación de jóvenes de Baja California, y de México, quizás nada les diga el nombre de ONESIMO GONZÁLEZ SAIZ.
Quizás, les cueste trabajo aceptar y entender que en Baja California, en pleno siglo XXI, vivió y murió un hombre, un Jefe indígena como ONESIMO GONZALEZ SAIZ, quien hasta el 19 de octubre de 2007, y por mas de cincuenta años, fue el Jefe Tradicional del Pueblo Indígena CUCAPA, en el Valle de Mexicali, en el Estado de Baja California.

Decir quien era ONESIMO en espacio reducido, no es nada fácil:
ONESIMO GONZALEZ SAIZ era un autentico Guerrero Indio.
Desde muy joven, para poder ser escuchado en sus reclamos, tocó miles de veces las puertas de las oficinas de los insensibles e ignorantes funcionarios. Tocó esas miles de veces pidiendo que les devolviesen a El y a su Pueblo, las tierras de las que habían sido despojados: mas de dos millones seiscientas mil hectáreas, que poseían, según registros del Porfiriato, hasta que el Secretario de Fomento de Porfirio Díaz, se las vendiese a Guillermo Andrade, allá a finales del siglo XIX. Venta que fue realizada sin tomar en cuenta que en esas tierras se encontraban sus únicos, originales y auténticos dueños: LOS CUCAPA. Venta infame que se hizo contraviniendo con ello, la Ley del 25 de junio de 1856.
Es a ONESIMO, a quienes los Cucapà les deben entre otros, el que, después de realizar un sinnúmero de trámites que culminaron con una Resolución Presidencial, se les hayan reconocido y titulado las mas de 143.000 hectáreas que actualmente poseen.

También es a ONESIMO, a quienes los Cucapà deben el reclamo hecho hasta el cansancio, junto con su hija Mónica Paulina González Portillo, y otros indígenas Cucapà, a los funcionarios de la Profepa, la Semarnat, a los soldados de la Secretaria de Marina, etc., para que dejaran en paz a los pescadores Cucapas, para que como indígenas, pudieran hacer valer su ancestral y milenario derecho a la pesca.
ONESIMO, junto con su gente, la Gente del Río, vivió como murió, como han vivido y muerto muchos miles de indígenas en México: en forma por demás humilde, sumido en la mas profunda miseria económica, alejado de Mexicali, olvidado por los Gobiernos, pero no de los suyos, a quienes siempre tuvo cerca del corazón.
Quienes tuvimos el privilegio de conocer en vida a ONESIMO, de convivir con El, con su esposa, sus hijos, con sus nietos y bisnietos, hermanos, primos, y sobrinos, con su familia pues, y con muchos otros nobles Cucapà, aprendimos de El todos los días: aprendimos de su sencillez, de su humildad, aprendimos a ver la vida desde un punto de vista diferente a los convencionalismos que muchas veces mienten en sus apreciaciones superficiales de la vida.
En compañía de ONESIMO, empezamos a entender, aprender y a respetar cual ha sido, cual es, y cual debe de ser la Cosmovisión que tienen los Indígenas Cucapà de todo su entorno.

Aprendimos que en la persona de ONESIMO, la cultura y Tradición Cucapà estuvo viva, mas viva que nunca, a pesar de que para algunos funcionarios ignorantes y necios, los Cucapas "ya no existan en México", y que según dicen, los que quedan, están en Estados Unidos de Norteamérica, "y viven muy bien".
Ya no podremos escuchar más los Cantos y leyendas Cucapà en la voz de ONESIMO, EL JEFE ONESIMO, como le conocimos.
Los dos castores que juntos, todos los días pasaban nadando muy temprano en el río HARDY, frente a la casa de ONESIMO, seguramente están preguntando por El, pero el ya no los podrá saludar: ESTA MUERTO.
Ya no nos podrá decir ONESIMO por que a WISH PA' El Cerro del Águila le pusieron ese nombre.
Ya no podremos escuchar en su voz, al amanecer, junto al Río Hardy, a la luz de una fogata y con una taza de café entre las manos, las leyendas y cuentos sobre el coyote, la leyenda sobre Sipà (2).
Ya no podremos verlo llegar a Mexicali con su sonrisa sencilla y humilde y su corazón siempre lleno de esperanzas, junto con su inseparable, vieja y pequeña mochila llena de papeles, de esos papeles que dicen y que siempre han dicho que las tierras de que fueron despojados sus ancestros, les pertenecen al Pueblo Cucapà.
Tampoco volveremos oír cantar a ONESMO, con sonaja en mano, esas canciones, viejas, antiquísimas y quizás milenarias canciones que en lengua Cucapà le habían sido heredadas por sus ancestros.
SU VOZ SE HA APAGADO PARA SIEMPRE…

Aprendimos de ONESIMO nombres en la lengua Cucapà de muchos lugares de Baja California, nombres que ya tenían antes de la llegada de los blancos, antes de que los “mexicanos” vendiesen sus tierras a extranjeros.
También aprendimos como había convivido ONESIMO con el Río Colorado y en los últimos años, con el Río Hardy, al que nunca dejó.
Fue celoso guardián de ese hilo de agua que queda de lo que era el Gran Río Colorado. Fue celoso guardián de la naturaleza.
Seria conveniente que el gobierno y el Congreso del Estado de Baja California, hagan las gestiones necesarias para quitarle ese nombre al río Hardy y ponerle el de ONESIMO, en su honor, como un homenaje póstumo, ya que fue El quien a lo largo de su existencia, cuidó al río como parte de el mismo, convivió con el y con la Naturaleza, como solo los indígenas saben hacerlo.
ONESIMO nunca se cansó de tocar puertas para que les reconocieran y le respetaran sus derechos al pueblo Cucapà. No le importaron las criticas discriminatorias de funcionarios ignorantes, intolerantes y soberbios ( “pinch..Indios” les dijo ricardo castellanos percevault, delegado de la profepa en B.C.). Su lucha fue incansable, tenaz, respetuosa, pero siempre consciente de que debían de respetarse los derechos del Pueblo Indígena Cucapà.
Hay dolor, mucho dolor en las NACIONES CUCAPAS, tanto en la de El Mayor Indígena Cucapà, en el Valle de Mexicali, B.C.., como en la de Pozas de Arvizu, San Luís Río Colorado, Sonora, y en la de Somerton, Arizona, U.S.A. También hay mucho dolor en los corazones de quienes aprendimos a querer a ONESIMO.
Perder a un líder, a un verdadero Jefe Indio, a un amigo, a un padre, en la persona de ONESIMO, ha sido muy doloroso, muy lamentable, muy triste.
Paradójicamente con su muerte, se revive en Baja California un rito funerario Cucapà que estaba considerado como extinguido y que está prohibido en las leyes del Estado: La cremación como parte culminante del Rito, en Campo Sagrado Cucapà, y poco antes del amanecer.
Hacia ya mas de 65 años que no se celebraba en Baja California un rito funerario Cucapà como se había hecho por miles de años.
Tuvo que morir el Jefe Onesimo para que, después de superar trabas legales, se pudiese cremar su cuerpo con estricto apego a la cultura Cucapà.
Con la muerte de ONESIMO, resurge en Baja California esta ancestral práctica indígena Cucapà.(3)

PARA VIVIR HAY QUE MORIR




Segunda Parte
La muerte de Onesimo González Saiz
El 19 de Octubre de 2007, ha muerto ONESIMO GONZALEZ SAIZ, un hombre que fue incansable en su lucha para que se respetasen los derechos y la cultura de los Pueblos Indígenas de Baja California, principalmente los de su propia Nación: LOS CUCAPA.
Después de haber sufrido un segundo infarto en tan solo cinco días, y de habérsele practicado un cateterismo cardiaco, su corazón ya no resistió más y dejó de latir.
En un cuarto de un Sanatorio particular de Mexicali, fueron depositados sus restos temporalmente, en tanto se corrían los trámites para su embalsamamiento y posterior traslado para su funeral a la usanza Cucapà, a El Mayor Indígena Cucapà, allá por el kilómetro 57 de la carretera que va de Mexicali, a San Felipe.
En ese frío cuarto de sanatorio, el haber escuchado junto al lecho de muerte de ONESIMO, en voz de Raquel Portillo Tambo, su inseparable esposa, tiernas y dolorosas palabras en la lengua Cucapà, dirigidas al aun tibio Cadáver de quien fue su Esposo, fue verdaderamente un momento muy difícil: La lengua Cucapà adquirió en voz de Raquel, tonos verdaderamente profundos, misteriosos, dulces, pero sobre todo, dolorosos, muy dolorosos. Un dolor desgarrador de esos que llega hasta lo más profundo del corazón de uno, que ha llegado hasta lo más profundo de mi alma y de mi espíritu. Un dolor que después de llegar, quiera o no, se quedará conmigo para siempre.
Las tiernas caricias que con ambas manos prodigaba Raquel al rostro de ONESIMO, si bien quizás El ya no las sentía, denotaban un profundo amor, y al mismo tiempo, un dolor, de esos que le rompen en mil pedazos el alma a quien las ve.
LA MUERTE A VECES DUELE DEMASIADO.

Tercera parte
El funeral de Onesimo González Saiz
El viernes 19 de octubre de 2007, por la noche, después de haber sido trasladado de Mexicali a el poblado de El Mayor Indígena Cucapà, dio comienzo el Rito Funerario del cuerpo de ONESIMO siguiendo la costumbre Cucapà.
En el Rito Funerario no hubo lugar para los sincretismos pagano-religiosos de los que estamos acostumbrados a ver en México:
Ahora no hubo rezos, ni rosarios, ni misas, ni sacerdotes, ni figuras religiosas, católicas, cristianas o de cualquiera otra secta o religión, ni velas ni veladoras. Fue una Ceremonia pura, Indígena, pero no por ello, fue menos sentida o menos dolorosa o menos autentica que las que estamos acostumbrados a ver de otras religiones.
Me atrevo a afirmar sin temor a equivocarme, que la autenticidad del Rito Funerario al que se sometió el cuerpo de ONESIMO, fue místico, profundamente místico, lleno de ese misticismo indígena que hace que propios y extraños, a pesar de no entender muchas cosas, lo respetemos como solo se respeta a quien consideramos como Dios.
Las Voces de Nicolás Wilson Tambo, Jefe de la Nación Cucapà de Pozas de Arvizu, San Luís Río Colorado Sonora, y de Dale Phillips, de la Nación Cucapà de Somerton, Arizona, Estados Unidos de Norte América, encabezaron frente al féretro en que yacía el cuerpo de ONESIMO, los cantos fúnebres, con la participación de otros cantores de esas Naciones. Algunos de esos cantos, eran seguidos con la danza triste de las mujeres Cucapà, encabezadas por Raquel Portillo Tambo, la Viuda de ONESIMO.
El Rito funerario Cucapà fue una serie de actos simbólicos, llenos de misticismo indígena, entre ellos, los cantos fúnebres, solo a cargo de hombres, las danzas, solo a cargo de las mujeres, quienes con un ligero movimiento de los pies y del cuerpo, que se confundía con el rítmico movimiento de los cantores, danzaban al frente o alrededor con mirada baja, con mirada triste.
En algunos momentos, COMO SI FUERAN UNO SOLO, cantores y mujeres se unían en un círculo alrededor del cuerpo sin vida de ONESIMO, girando lenta, pero armoniosamente, al compás de los cantos en lengua Cucapà, muy profundos, a veces guturales, cantos llenos de dolor, de tristeza.
De la noche del viernes 19, el sábado 20 y hasta la madrugada del domingo 21 de octubre, continuaron con algunos descansos, los cantos y las danzas fúnebres alrededor y al frente del cadáver de ONESIMO.
Solo fueron suspendidos cuando a las cuatro de la mañana del domingo 21, llegó la hora de llevar el cuerpo de ONESIMO de su casa ubicada en el Poblado El Mayor Indígena Cucapà, a la Tierra Sagrada Cucapà (Panteón Cucapà), situada como a tres kilómetros al norte del poblado de El Mayor Indígena Cucapà. En ese lugar, y frente a todas las tumbas de quienes le precedieron en el viaje eterno, y que no pudieron ser cremados, ya estaban preparados los gruesos troncos de leña de pino salado, típico del noroeste de México, acomodados desde la noche anterior a la usanza Cucapà: cinco troncos abajo y tres de cada lado, once en total, cubiertos totalmente con tela color negro y de color rojo, colores fúnebres Cucapà, con un espacio entre ellos, en donde seria colocado el cuerpo inerte de ONESIMO.
Ese domingo 21 de octubre de 2007, siendo las cuatro de la mañana con veinte minutos, al pie de la Sierra Cucapà y de acuerdo a las costumbres y a la tradición, dio principio otra etapa del Rito Funerario Indígena Cucapà al colocar el ataúd de madera en el que se encontraba el JEFE ONESIMO, a un lado de esos troncos de pino salado
En ese momento, nuevamente comenzaron los Cantos Cucapas, ahora con dos o tres grupos simultáneamente encabezados por los cantores, Cucapà de Pozas de Arvizu y de Somerton, así como Pai Pai De la Huerta, Ensenada, que acudieron a darle el último adiós al amigo, al JEFE ONESIMO.
Durante casi media hora, y mientras se escuchaban los cantos fúnebres, que se perdían entre los cerros de la sierra Cucapà, fuimos uno a uno, despidiéndonos de ONESIMO, en medio de una oscuridad solo alterada por la tenue luz de una luna medio llena (alía madesdana en Cucapà), muda testigo del arribo de ONESIMO al Valle de los Espíritus.
Luego, sus restos mortales fueron extraídos del ataúd en donde se encontraban, para ser depositados sobre la leña para ser cremados a la vieja y tradicional usanza, con la cabeza orientada al este, que es el punto cardinal que corresponde a una ceremonia mortuoria Cucapà.
Ese lugar en donde ardió la Pira Funeraria, fue escogido por su esposa, Raquel Portillo Tambo. A quienes no pertenecemos a la Comunidad Indígena, y se nos permitió estar presentes, se nos pidió respetuosamente, que guardáramos una prudente distancia del lugar de la cremación, lo cual con toda discreción fue obsequiado.
Los preparativos de la cremación, y ella misma, en todo momento estuvieron bajo el riguroso cuidado de Nicolás Wilson Tambo, Jefe de la Nación Cucapà de Pozas de Arvizu, quien por cierto, apenas hace escasamente dos semanas y media atrás, había tenido que encabezar otro Rito Funerario Cucapà en ese poblado de Sonora.
Antes de iniciar el fuego, fueron arrojados o colocados encima de su cuerpo todas sus ropas, sus cosas y objetos personales que le acompañaron durante su existencia y que aun conservaba hasta su muerte. Entre ellos, su penacho de Jefe Indio, su inseparable sonaja, sus báculos de mando, su guitarra, su acordeón, sus televisiones, sus botas, sus radios, sus relojes, entre otros objetos. También quedaron con El, arriba de El, las cobijas, muchas cobijas, que le llevamos sus familiares y amigos durante su funeral, cobijas que le habrán de servir para no pasar frío en su viaje a la otra vida. Los vestidos de las mujeres Cucapà que le acompañaron en el funeral, también quedaron reducidas a cenizas, ya que se agregaron por Ellas antes de que se iniciara la pira.
Impresionante fue el momento en que la Pira Funeraria ardía sobre y en el cuerpo de ONESIMO, ya que pude contar mas de doscientos indígenas que silenciosamente, hicieron un gran circulo alrededor del fuego, lo cual significo que su Pueblo estuvo con El hasta lo ultimo, pues habrá que recordar que ONESIMO sirvió su gente desde que tenia diez y siete años de edad. Inclusive, vi ahí presentes en el Funeral o en la cremación, a Cucapas que en las últimas semanas habían tenido alguna diferencia con ONESIMO. Su muerte al parecer borró también todas las rencillas. Nobleza Cucapà.
La cremación continuó durante más de siete horas, en presencia de Cucapas así como con cinco o seis “mexicanos” a quienes se nos permitió estar presentes, y concluyó alrededor de las doce del día del Domingo 21 de Octubre de 2007.
Cuando el sol estaba en lo alto, el fuego había terminado de convertir en cenizas el que fuera el cuerpo del Jefe Indio Cucapà, ONESIMO GONZALEZ SAIZ. Junto a sus cenizas, solo había quedado Mónica Paulina González Portillo, otra Guerrera Cucapà, acompañada solo de su inseparable compañero Elías Espinoza Álvarez, Indígena Quiliwa, del Valle de la Trinidad, Ensenada, B.C. y de “Moniquita”, la hija menor de Mónica.
En otra parte del Rito Funerario Cucapà, que tendría lugar al día siguiente de la cremación, el cabello de las mujeres Cucapà, familiares de ONESIMO, y de algunos hombres Cucapà y Quiliwa, seria cortado posteriormente, en otra ceremonia encabezada por su ahora viuda, Raquel Portillo Tambo. El cabello cortado, seria envuelto en hojas de maíz y quemado en fuego hecho con varas de cachanilla.
Cabe mencionar que desde el viernes 19 al miércoles 24 de octubre de 2007, la mayoría de los familiares mas cercanos a ONESIMO, incluidas su esposa y sus hijos, prácticamente ayunaron, como parte de un proceso de purificación.
El miércoles 24 de octubre de 2007, alrededor de las cinco de la mañana, dentro del Rito Funerario Cucapà, tuvo lugar la que podría considerarse como la etapa final, en el lugar en donde quedaron las cenizas del cuerpo del JEFE ONESIMO.
En medio de una Ceremonia de Purificación, a cargo de Elías Espinoza Álvarez, las cenizas de ONESIMO fueron cuidadosamente removidas, a efecto de cavar una tumba mas profunda, en donde una vez que se le dio a la fosa la profundidad deseada, fueron devueltas, también con mucho cuidado, procurando siempre no revolver la arena quemada con la no quemada, y a ambas, procurando no revolverlas con las cenizas de ONESIMO.
Cubierta la tumba con tierra y con piedras del lugar, colocamos un gran poste con una placa color negro en su parte superior, en la que se puede leer con letras color blanco:
Onésimo González Saiz
16 de Febrero de 1933
19 de Octubre 2007
Chapay Coapà
Encima de esa placa, Mónica Paulina, su Hija, colocó siete largos listones de duelo de varios colores, un atrapasueños, una Ofrenda Mortuoria a base de plumas, un recipiente con la comida favorita de ONESIMO y un vaso con agua.
Al final, a petición de Raquel, Elías enterró en la cabecera de la tumba, las cenizas de la cachanilla y de la salvia real utilizada en la Ceremonia de Purificación que había tenido lugar momentos antes a cargo del propio Elías Espinoza.
Por último, Raquel, en presencia de sus hijos, y en lengua Cucapà, dijo a ONESIMO las últimas palabras de despedida.
El espíritu GUERRERO INDIO ONESIMO, ya se encuentra en eterno reposo, junto con sus cenizas y junto con quienes se le adelantaron, y en el lugar donde fue su última voluntad descansar:
AL PIE DE LAS MONTAÑAS DE LA SIERRA CUCAPÀ.
Descanse en paz...!
! A U K A !

LIC. RICARDO RIVERA DE LA TORRE
UABC FACULTAD DE DERECHO
0CTUBRE 2007
1. "Las generaciones del porvenir apenas creerán que un hombre como éste caminó la tierra en carne y hueso." ALBERT EINSTEIN.
2. La creación de la vida. Mito Cucapà.
"Los dioses eran dos, eran gemelos, nacieron debajo del agua. Se llamaban Sipá y Komat. Cuando quisieron salir de debajo del agua, Komat fumó un cigarro para que con el humo saliera Sipá. Así salió primero Sipá. Komat le preguntó si salió con los ojos abiertos, le dijo que sí y Komat abrió los ojos y quedó ciego. Buscaron un lugar donde comenzar la creación de los seres vivos, no sólo cucapás sino todos los seres indígenas y todos los habitantes del mundo.
"Con la tierra dónde quedó húmeda del agua, el lodo, empezaron a realizar muñecos de barro y les dieron vida. Sipá hacía los muñecos muy feos, no le salieron bien y Komat los hacía mejor, más bonitos, aunque estaba ciego, los hacía mucho mejor. Como no ve, Sipá le roba lo que hace Komat y le cambiaba las cosas y así seguían y seguían haciendo a cada tribu. Realizaron niños y les dieron vida, también a los cucapás. Después hicieron a los animales, para que también habitaran en el mundo."
(Segundo corte del disco Aires ribereños: cantos cucapás de Sonora, Conaculta, México, 2003)
(3) Es conveniente precisar que hubo necesidad de tramitar una dispensa legal ante las autoridades sanitarias y de salud del estado, como ante la procuraduría de justicia, para poder hacer la Ceremonia de Cremación, ya que las leyes de Baja California, no permiten hacerla ni a los propios familiares y compañeros Indígenas ni hacerla a campo abierto, tal y como se hizo la de ONESIMO.

9:55 PM  

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